Cuando los árabes expresan su admiración por algo, siempre lo acompañan de «Mash Allah». Es una forma de bendecir la cosa o persona que admiran mencionando el nombre de Dios en ella para que no les acusen de mal de ojo.
La creencia en la desgracia que puede traer el mal de ojo es una creencia islámica, pero también se remonta a la antigüedad griega, donde el «ojo» como símbolo aparecía en los recipientes para beber como forma de alejar la magia negra.
Sin embargo, el uso de talismanes protectores como «La mano» o «Khamsa/cinco» está condenado por el Islam y se considera superstición, ya que sólo Alá puede evitar que se produzca el mal.